
La violencia y la pobreza son poéticas. Fuente de inspiración para hablar desde la crudeza, para utilizarlas como motor: detrás de los números rojos hay personas, hay historias.
Samuel Segura retomó los peores aspectos del municipio en el que creció y convirtió a Ecatepec en música y literatura. Es uno de esos habitantes del territorio más violento del país que busca cambiarle la cara a través del arte, para demostrar que en él hay un lado positivo.
Ganador del premio de literatura Universo de letras 2018 convocado por la UNAM y el Fondo de Cultura Económica (FCE), Samuel Segura menciona que crecer en medio de la violencia tiene sus dificultades “no te permite florecer como quisieras, pero hay que trabajar, hay que intentarlo siempre”, dice.
El estudiante de Guión Cinematográfico y pasante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UNAM es también fanático del Metal y baterista en una banda del género. Asegura que el metal y la literatura pueden complementarse.
Un ejemplo es su novela ganadora Maldito sea tu nombre que en medio de referencias musicales y un soundtrack poderoso, habla de las dificultades en la vida de una joven baterista de Death Metal en un lugar llamado “Hecatepec”.
El joven que ha ganado dos premios nacionales es un tipo relajado y de mirada seria, que quiso combinar la fuerza de las letras con la estridencia de la música. Hacer una novela brutal y energética sobre un lugar que constantemente vive entre hecatombes y que puede atravesarse entre las distorsiones y los riffs del Metal.
Ecatepec como escenario
¿Qué sentiste al enterarte que habías ganado el concurso Universo de Letras 2018?
Todavía no me lo puedo creer del todo, uno entra a concursar pensando que puede ganar, de lo contrario no tiene caso, pero cuando lo logras es algo increíble, es algo que difícilmente terminas de procesar.
¿Cómo entraste a concursar?
Pensé que la novela tenía posibilidades, bueno, en realidad yo no lo pensé. Estoy en un taller literario coordinado por Armando Vega Gil, somos un pequeño grupo entre los que está Fernando, un colega con el que comparto información, datos y convocatorias.
Él fue el que dijo ‘deberías meter tu novela a la convocatoria’ y lo hice. Era muy atractivo que la UNAM y el Fondo de Cultura Económica editarán la novela y además hubiera un premio económico.
En ese momento había varias convocatorias abiertas y me incliné por esta, sabía que era la buena.
Creciste en Ecatepec ¿Hay algo del municipio plasmado en tu obra?
Sí, absolutamente. Aparece Ecatepec y lo pongo con “H” al principio, tiene algo que ver con la “hecatombe”: un paraje muy brutal de feminicidios, de violencia y una política terrible. Es un escenario que está ahí, “Hecatepec” es un universo para los personajes.
¿Crees que ganar el premio pueda impactar e inspirar a los jóvenes que somos de Ecatepec?
No sabría decirlo, yo no determinaría nunca el destino de nada, pero ojalá.
Está chido cuando un joven se acerca y te dice algo positivo, como que él toca porque tú tocas o que escribe porque tú escribes.
Cuando paso esto del premio mis amigos de la infancia me empezaron a felicitar, dijeron que era un orgullo para Ecatepec. Ojalá a partir de cosas como estas se impulse más la actividad cultural en el municipio, hay muchos artistas con gran talento que están aquí y no han podido lograr nada.
¿Qué les dirías a estos artistas que están ahí?
Más que aconsejarlos, considero que hay que trabajar arduamente todos los días y no echarse pa’ atrás, hay que enfrentar la adversidad todo el tiempo. En muchos aspectos, acá en Ecatepec el entorno es una adversidad que no te permite florecer como quisieras, pero les diría que trabajen, que intenten llegar a las personas, hagan que se sepa que en algún lugar hay una bailarina, una escritora o una pintora.
Las letras de acero de Samuel Segura
“Maldito sea tu nombre” es una canción de Ángeles del Infierno, un clásico del Heavy Metal de España ¿Por qué este nombre para tu novela?
No soy fan acérrimo de Ángeles del Infierno pero un día pensé ‘esta canción está muy chingona y me gustaría tener una novela que se llamará así’, entonces empecé a trabajar la primera versión del texto teniendo como referencia el título, que por cierto estamos negociando si se queda.
Maldito sea tu nombre es una canción muy llegadora, ¿Tu novela es sentimental?
Correcto. De hecho más allá de la discusión un amigo me dijo que Maldito sea tu nombre, le devuelve la transgresión al metal y es justo eso lo que buscaba.
Quería que el nombre por sí mismo fuera una transgresión, tal como yo concibo el metal. Quiero provocar una sensación de mucha pasión.
Bandas como Death se han encargado de que el metal no sea visto con la etiqueta de que todo es muerte y destrucción; hay valores, sentimientos y amor. Chuck Schuldiner lo expresó en su música ¿Por qué hacerlo en la novela y no con tu banda?
He intentado hacerlo con Asedio, de hecho este año sacamos nuestro tercer disco, llamado Mi nombre es legión y hay una historia interesante ahí.
Mi novela Maldito sea tu nombre va ser presentada este año en la FIL de Guadalajara y el país invitado es Portugal, ahí estará como invitado Antonio Lobo Antunes que es autor de una novela llamada Mi nombre es legión y yo tomé ese título para un disco de la banda.
Con Asedio quiero entrarle a un tipo de música más allá de lo oscuro, pero lo mío, lo mío es más escribir. Por ahí otro cuate me decía: “Cómo baterista eres buen escritor”.
La novela tiene menciones a varias bandas de Metal ¿El libro tiene alguna playlist?
Sí, de hecho tiene un soundtrack. Me comentaban que alguien del jurado se puso a escuchar las rolas mientras leía el libro, como para ver si era cierto y desde ahí me dieron ganas de hacer un playlist para el libro.
A lo largo de la novela aparece Slayer, Celtic Frost, Inmortal, Belphegor, Metallica, Pantera e incluso Judas Priest. La historia transcurre en todos los géneros metálicos, hay variedad de acuerdo a lo que le pasa a la protagonista.
La protagonista es una baterista en una banda de Death Metal, ¿qué tanto de ella hay en ti?
Hace 3 años que escribo esta historia y en principio no era una chica, era un güey que tenía mucho de mí. Eran cosas que incluso me estorbaban, no fluía. Entonces le cambié el género y todo mejoró.
Tiene cosas mías como lo que sé de la música, pero ella se comporta de otra forma, tiene muchos más huevos.
¿Haces alguna crítica de cómo se va al Metal en la escena nacional?
No es una crítica deliberada, pero sí pongo ciertas situaciones, por ejemplo, cómo se vive un toquín, cómo las bandas se ponen el pie entre ellas o que los organizadores en realidad nunca organizan nada.
Los personajes están dibujados fuera del estereotipo, muestro que los metaleros somos personas muy comunes y corrientes, no hay nada malo detrás de la vestimenta negra.
Además del premio y tu crecimiento como escritor, ¿qué viene para Asedio?
Nosotros llevamos rato tocando, pero en el metal mexicano es muy difícil el salir a la fama y que todos te conozcan. Ojalá el premio sea un daño colateral: si al libro le va bien que a la banda también.